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Cespedosa, Castro Prieto


Hace un par de semanas que finalizó la exposición en La principal, Tabacalera (antigua fabrica de tabaco en Madrid) de Castro Prieto. La exposición gira en torno a la reconstrucción de la memoria del autor, en forma de historia gráfica de 39 años de producción fotográfica. La exposición se centra en Cespedosa de Tormes, un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca, donde nacieron y vivieron los progenitores del autor. Para el autor, Cespedosa, es un lugar de referencia de su entorno vital. El artista descubre un espacio donde ensayar su encuentro con la fotografía y explora su memoria a través de la construcción de imágenes. Su trabajo se reafirma con el paso del tiempo, y da lugar a todo un recorrido entorno a diferentes formas de fotografiar, una manera de fotografiar cuyo origen está en otros muchos trabajos y a la vez, núcleo reconocible y palpable basado en la manera de mirar de este artista.





La exposición estaba compuesta por 200 fotografías organizadas en seis apartados que se complementan con tres vídeos, y en donde Castro Prieto nos enseña una Cespedosa que trasciende a la mera descripción fotográfica, va más allá del documentalismo formal y actúa como un entorno mágico para el autor en el que dar rienda suelta a sus ensoñaciones y su pulsión creativa. Según nos adentrábamos en los diferentes apartados en los que estaba dividida la exposición las fotografías tenían un toque más tenebroso y oscuro. Como si nos fuéramos adentrando en los sueños o pensamientos más abstractos del artista.


Nuestra visita a la exposición fue con un guía. Pero antes de que comenzara la visita algunos compañeros pasamos primero a ver la exposición por cuenta propia mientras los demás compañeros esperaban en la puerta a que llegara la profesora. Tabacalera es un lugar muy amplio por lo que las fotos tenían un gran tamaño, ya que estaban realizadas con la cámara técnica que nos permite obtener ampliaciones bastante grandes de la fotografía.


He de decir que hubo una amplia variedad de fotografías que llamaron mi atención, ya que había una gran variedad y diversas salas que daba lugar a que en cada una de ellas te interesaras por varias fotografías. Pero sin duda una de las fotografías que más llamó mi atención y a que día de hoy aun recuerdo su titulo y dicha fotografía fue "Macho Cabrío, 2014". De la cual realizaré un análisis a continuación.

El macho cabrío es el título de esta fotografía y es acorde ya que se puede observar claramente que es una representación de dicho ser. Este ser mitológico se asocia principalmente con el daño y la culpa, pero su asociación más conocida es la que hace referencia a lo infernal y diabólico.


Es una fotografía a color, pero los colores son apagados y fríos para representar esa culpa y soledad, pertenece a un serie de fotografías de la época en la que Castro Prieto volvió a Cespedosa, del que hemos hablado anteriormente. Pero esta fotografía pertenece a su parte más tenebrosa de su pensamiento creativo.

Esta fotografía posee un formato vertical para enfatizar que el sujeto está solo, se siente culpable, dañado y desconsolado. Por ello se hace uso de colores tenues y apagados. Todos los elementos que lo rodean nos llevan hacia él, las lineas del suelo y la pared si las seguimos nos llevan hacia el, la cortina de la ventana nos lleva hacía él, para que no nos quepa duda de que es el sujeto principal de la fotografía y que todo lo que le rodea ha sido usado para enfatizar la situación del sujeto. Podemos interpretar que el motivo no está en una situación agradable si nos fijamos en el estado del lugar en el que se encuentra. Sin lugar a dudas está en un lugar abandonado, derruido, para esconderse de todo lo que le rodea y nadie lo moleste y encuentre.


Por último destacar que la fotografía posee un efecto seda por toda la fotografía que da sensación como si estuviéramos en un sueño o mejor dicho un pensamiento del autor



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